Conociendo el Lore: El Rey Exánime (Parte I)

Esta expansión esta llegando a su fin, y en mi opinión es la mejor de las dos expansiones ya lanzadas. Hoy en conociendo el lore trataremos sobre el villano que mantuvo en alerta durante mas de 15 años a todo Azeroth, este ser es el mas poderoso mortal de todo Azeroth, y quizas solo es superado por dos personas igualmente grandiosas, Tirion Fordring y Malfurion Stormrage. Es hora que hablemos de pasiones y traiciones, de orcos, humanos y príncipes, de muerte y esperanza… es hora de que sientas el mismísimo frió de la muerte en tu espalda, es hora de hablar del Rey Exánime.



A estas alturas todos conocemos el asenso y caída del príncipe Arthas Menethil, de su locura y pasión por su pueblo, también quizas hemos oído hablar del chaman orco, antiguo líder de su pueblo, y que a pesar de algunas nobles acciones, se convirtió en un ser despiadado, sin compasión o perdón. Pero este articulo no trata sobre Ner’zhul (en esta sección ya hable sobre el chaman orco), tampoco se trata completamente de Arthas, sino de la entidad que forman ambos, que es lo que ahora conocemos como Rey Exánime. Pero lo primero que me viene a la mente es, ¿Que es exactamente el Rey Exánime?, ¿Cual es su propósito y por que existe?, para responder estas preguntas tenemos que remontarnos mucho tiempo atrás en la historia de Azeroth.

Azeroth fue creado por un grupo de seres llamados Titanes, que viajaban a través del universo con un único propósito, otorgarle a los mundos un lugar de paz y orden. Hay muchas versiones acerca de los titanes, sus orígenes y la creación de Azeroth, sin embargo una de estas historias es la que sobresale por la demás, la corrupción del Campeón del Panteón; Sargeras.



Sargeras lideraba el ejercito de los titanes en su lucha contra las hordas de demonios que existían, encarcelando a los mas poderosos, enviando a muchos hacia el Torbellino Abisal, lugar del que no podían salir ni corromper otros mundos para que no afecte la idea de orden y armonía que tenían los titanes. Pero desde el principio hubo un gran problema, Sargeras, un ser bondadoso y puro, se cuestiono sobre lo que era el bien y el mal. Ciertamente Sargeras conocía muchos de los tipos de demonios y todo el mal que podían causar, entonces, por alguna extraña razón, comenzó a volverse loco, estaba convencido de que los titanes mismos eran responsables de este mal. A partir de este entonces Sargeras se dedico a destruir el trabajo de los titanes, creando un ejercito que llamaría la Legión Ardiente, que lo seguiría fielmente a cualquier lado.

En Azeroth había orden, paz y por sobre todas las cosas… el Pozo de la Eternidad. Una fuente de inagotable poder que Sargeras quería para sus propios propósitos. La historia culmina con la Guerra de los Ancestros y la caída de Sargeras a mano de Malfurion, Cenarius, los Dragones y varios viajeros en el tiempo. De pronto, Sargeras vio sus sueños frustrados, y por el momento, jamas podría poner un pie en Azeroth de nuevo.

Me arriesgo a especular que desde el momento en que Sargeras fue derrotado en Azeroth, sus planes de destruirlo para deshacer el trabajo de los titanes, se convirtió en algo mas personal. No solamente fue derrotado, sino que los que derrotaron a Sargeras eran seres mortales y muy pequeños comparados al Señor de la Legión Ardiente. Hasta el momento Sargeras ha intentado muchas veces conquistar Azeroth, pero gracias a varios héroes ha fallado, incluso su ejercito, la Legión Ardiente, esta obsesionada con destruir este preciado planeta.

Son dos grandes demonios los lugartenientes de Sargeras, ambos antiguos Eredars, raza antigua y poderosa, pero ahora son poderosos señores demonios que dominan a todos los demonios, solo superados por su maestro… uno es Archimonde el Corruptor, que es el que lidera los ejércitos en el campo de batalla, y el otro es Kil’Jaeden el Embaucador, quien esta a cargo de buscar las razas mas poderosas y oscuras del universo, para ponerlas a las ordenes de la legión, a diferencia de Archimonde, Kil’Jaeden actúa desde las sombras, al igual que un buen titiritero, solo se muestra cuando su obra esta por culminar. Entre esas razas oscuras, Kil’Jaeden encontró a un gran líder y hechicero… el viejo orco Ner’zhul.

Para enterarte como, cuando y porque de la caída de Ner’zhul los invito a leer “Conociendo el lore: Ner’zhul” donde se hablo de la vida de este viejo chaman.



Ner’zhul paso la ultima mitad de su vida pensando en la muerte, sobre si es inevitable y como evadirla. Su plan era escapar con una antigua arma de la Legión, abrir un portal hacia un nuevo mundo y allí reconstruir el imperio de la Horda. Sin embargo, al atravesar el portal, el viejo orco no llego a su tierra de eterna paz, sino que su antiguo maestro, Kil’Jaeden lo capturo, torturándole de formas inimaginables. Allí Kil’Jaeden le dijo que jamas moriría, pero que si conocería el verdadero significado del miedo, el dolor y la muerte. A partir de ese momento, Kil’Jaeden separo el espíritu del cuerpo de Ner’zhul, destruyendo su cuerpo y forjando una nueva entidad, que a partir de ese día se llamaría el Rey Exánime.

El Rey Exánime (no Ner’zhul), fue una creación de Kil’Jaeden. Esta entidad fue creada para usar la muerte como arma para conquistar mundos, y le fue dada la habilidad de levantar a cualquier muerto, ponerlo bajo su dominio y controlarlo telepaticamente. El objetivo de esta entidad era debilitar las razas mortales, mientras los comandantes de la legión planeaban un segundo asalto a Azeroth, para corromper el Pozo de la Eternidad… o al menos su nueva versión, conocida como Noldrassil o el Árbol del Mundo. Desde antes de atacar, la Legión sabia que las razas mortales eran demasiado poderosas y tenaces como para ignorarlas. Por eso había que debilitarlas primero, aquí es donde entra en acción el Azote y el Rey Exánime.

Comenzando en las heladas tierras de Northrend, la influencia del Rey Exánime comenzó a crecer lenta pero constantemente. El método era muy simple, matar a cualquiera que se le opusiera y luego levantarlo como un soldado del Azote, un Azote completamente bajo el control del Rey Exánime. Cada muerto que se volvía a levantar solo hacia mas poderoso al Rey Exánime, aumentando su inteligencia y capacidad para crear abominaciones mas poderosas y peligrosas. Esto hacia que un circulo interminable de muerte se dispersara por todo Azeroth como si fuera una enfermedad… como si fuera una plaga. Todo esto fue hecho por un Rey Exánime que carecía de cuerpo propio… por ahora.



Pero hubo algo que Kil’Jaeden y el resto de la Legión ignoro durante mucho tiempo… Ner’zhul todavía conservaba su espíritu, y su inteligencia. El Embaucador veía al Rey Exánime como un sirviente, pero a medida que el poder de este crecía, algo mas empezó a aumentar en su interior… su resentimiento y sed de venganza contra Kil’Jaeden. Con la furia del espíritu de Ner’zhul en su interior, el Rey Exánime no solamente quería arrasar Azeroth para volverse invencible, sino para también liberarse de una vez por todas de la Legión Ardiente.

Puedo suponer que Kil’Jaeden y Sargeras, al ser seres inmortales, no contemplaron lo peligroso que era poner a un espíritu que había sido mortal en una armadura que lo convertía en algo inmortal. No conocían la tenacidad, la esperanza o el valor con que los espíritus mortales combatían, y aunque cueste admitirlo, Ner’zhul le transmitió al Rey Exánime mucho de eso. La traición del Rey Exánime los tomo por sorpresa porque simplemente no se lo esperaban.

La Legión Ardiente volvió a atacar de nuevo, dos veces, la primera vez a través de Illidan, que también tuvo un final fallido, y la segunda mediante la Cruzada Escarlata, que mejor forma de destruir a un espíritu mortal manipulando seres mortales?. Pero todos estos planes fallaron debido a la incapacidad de la legión de prever lo que las razas mortales podían ser capaces de hacer. Ellos veían a estas razas como meras herramientas, pero se olvidaban del detalle mas importante… su libertad.

Es por esto que la creación del Rey Exánime fue un error desde el principio, poner en un lugar inmortal y con poderes ilimitados a un espíritu que antiguamente había sido mortal era simplemente el mayor error que podían haber cometido. Ya que el espíritu de Ner’zhul, y luego el espíritu de Arthas no seguían las ordenes de nadie. Ambos habían nacido para gobernar, no para seguir ordenes. Y no permitirían que ni la Legión Ardiente ni ningún ser mortal o inmortal les diera ordenes.

Luego de que la Legión se retiro, el Azote continuo con su tarea de consumir Azeroth, para aumentar aun mas el poder del Rey Exánime. Pero de pronto… algo inesperado sucedió, el ser mas malvado de Azeroth, una entidad de pura maldad y odio se mezclo con algo que puede ser lo mas puro y esperanzador para Azeroth… se mezclo con el espíritu humano. Y ningún humano, por mas malvado que fuera, dejaría que su mundo sea destruido.

Aquí termina la primera parte de este interesante articulo, como siempre cualquier comentario o sugerencia es bienvenida. Antes de despedirme quisiera anunciarles que la segunda parte tendrá grandes avances del libro “Arthas: Rise of the Lich King” y sobre la pelea con Arthas en la Ciudadela de Corona de Hielo, por lo que solamente recomiendo leer la segunda parte si no tienen problema en enterarse del final de la expancion, y toda la historia secreta detrás del Rey Exánime.